Quizás resulte raro que una niña se emocione tanto con los personajes de Star Wars, pero no resulta tan extraño cuando te enteras que compartió largas horas de guerras intergalácticas con sus primos que viven a 4 cuadras y que, en aquellos años, nunca tuvo el Halcón Milenario ni el estuche para guardar a los personajes.
Sin embargo, en verdad les digo que ha sido una de las mejores sorpresas de Reyes que he tenido. La verdad no uso el casco por que... se ve desproporcionado en mi "cuerpo menudito de 1.50 mts"; pensandolo bien es, también, una crueldad el tamaño de este casco para los niños, pues lejos de evocar al maestro del lado obscuro, parecemos alfiler con cabeza de bolita.
En fin, la cuestión es que Lord Vader está colocado en un lugar privilegiado en mis aposentos: al lado de mi cama sobre el stereo.
¿Saben? La verdad es que yo le "guardaba respeto", hasta que una tarde, descubrí algo que cambió para siempre la imagen que tenía de Darth Vader.
La Sra. Mary viene los jueves a apoyarnos en la limpieza de la casa, es una persona servicial y de mucha confianza, pero... he comprobado que no es muy observadora.
Un jueves por la tarde regresé de la oficina con toda la intención de tumbarme en la cama y escuchar música, pero al entrar al cuarto y dirigirme hacia el stereo...
Vi algo que me hizo abrir muy grandes los ojos e hizo que me parara en seco... ¡Algo definitivamente no estaba bien!
- ¡Demonios! ¿Que le pasó a mi maravilloso casco?
Caminé un poco más deprisa y lo que descubrí me hizo soltar una enooooorme carcajada:
¡¡¡El pequeño Lord Vader de la Pradera!!!
El casco estaba íntegro, pero la parte superior estaba puesta al revés...
- ¡Ay Darth! mira nada más lo que te hicieron...
Lo cierto es que, hace un año que sucedió esto y nunca le he mencionado nada a la Sra. Mary, pero les juro, por Yoda, que cada jueves me sigue sorprendiendo como la primera vez y de igual forma sigo soltando una sonora carcajada =).