domingo, febrero 25, 2007

Que el lado obscuro se apiade de mi...

Dicen que uno siempre debe mantener feliz y contento a su niño interno. Mi niña interna es bastante vivaracha y todavía le escribe carta a los Reyes Magos esperando una sorpresa cada 6 de enero. El año pasado los magos trajeron uno de los regalos más geniales que podía imaginar... ¡un casco de Darth Vader!

Quizás resulte raro que una niña se emocione tanto con los personajes de Star Wars, pero no resulta tan extraño cuando te enteras que compartió largas horas de guerras intergalácticas con sus primos que viven a 4 cuadras y que, en aquellos años, nunca tuvo el Halcón Milenario ni el estuche para guardar a los personajes.

Sin embargo, en verdad les digo que ha sido una de las mejores sorpresas de Reyes que he tenido. La verdad no uso el casco por que... se ve desproporcionado en mi "cuerpo menudito de 1.50 mts"; pensandolo bien es, también, una crueldad el tamaño de este casco para los niños, pues lejos de evocar al maestro del lado obscuro, parecemos alfiler con cabeza de bolita.

En fin, la cuestión es que Lord Vader está colocado en un lugar privilegiado en mis aposentos: al lado de mi cama sobre el stereo.

¿Saben? La verdad es que yo le "guardaba respeto", hasta que una tarde, descubrí algo que cambió para siempre la imagen que tenía de Darth Vader.

La Sra. Mary viene los jueves a apoyarnos en la limpieza de la casa, es una persona servicial y de mucha confianza, pero... he comprobado que no es muy observadora.

Un jueves por la tarde regresé de la oficina con toda la intención de tumbarme en la cama y escuchar música, pero al entrar al cuarto y dirigirme hacia el stereo...

Vi algo que me hizo abrir muy grandes los ojos e hizo que me parara en seco... ¡Algo definitivamente no estaba bien!


- ¡Demonios! ¿Que le pasó a mi maravilloso casco?

Caminé un poco más deprisa y lo que descubrí me hizo soltar una enooooorme carcajada:


¡¡¡El pequeño Lord Vader de la Pradera!!!

El casco estaba íntegro, pero la parte superior estaba puesta al revés...

- ¡Ay Darth! mira nada más lo que te hicieron...

Lo cierto es que, hace un año que sucedió esto y nunca le he mencionado nada a la Sra. Mary, pero les juro, por Yoda, que cada jueves me sigue sorprendiendo como la primera vez y de igual forma sigo soltando una sonora carcajada =).


jueves, febrero 15, 2007

Se solicita...

Me deprime no tener dinero... aunque la neta me deprime más ponerme un precio. ¿Me explico?

Tengo casi la mitad de mi vida trabajando y en los últimos 3 años no he logrado pescar "mi gran oportunidad".

Durante algunos años creí que había encontrado un buen puesto en el lugar correcto, con las personas adecuadas y con expectativas de mucho crecimiento. Lo cierto es que aprendí muchísimo y esa experiencia, sin duda, se ha convertido en mi principal herramienta.
¿Que sucedió? Dicha empresa en un impetuoso afán de expansión e internacionalización acelerada (en dos palabras: Ambición Desmedida) empezó a realizar prácticas nada éticas y me atrevería decir hasta vergonzosas.

Estando yo tan involucrada en cuestiones administrativas como lo estaba... decidí renunciar. Mi tranquilidad y mi reputación de persona decente valen muchísimo más que una posición "privilegiada" en una compañía ilusoria (sólo como detalle adicional, en fechas recientes, esa empresa está bastante desprestigiada... en fin).

Así que después de casi 7 años tuve que volver a venderme, describir mis habilidades, demostrar talentos y lidiar con regateos para fijar un precio a mi trabajo.

Lamentablemente, mis decisiones no han sido muy acertadas. Dos empleos en los últimos 3 años... ¡Me urge estabilidad! pero voy a intentar por tercera vez, y lo voy a hacer por que todavía estoy a tiempo de buscar y tomar oportunidades, antes de que el implacable tiempo me convierta en alguien fuera del perfil "Se solicita personal de 25 - 35 años".

Quizás sea la crisis de los treintas, o la situación económica-social del país, pero en realidad creo que forjar un plan de vida está muy cabrón...

jueves, febrero 01, 2007

YO DEBERIA...


  • tener las agallas para leer más y moldear mi forma de pensar


  • dormir menos, alterar mis sentidos para reinventar mis gastadas ideas, abofetear mis prejuicios y desdoblarme de mí


  • concentrarme en el trabajo; pero, el viento no ha dejado de acariciar los edificios de esta ciudad y aunque ellos parezcan inmutables, en su interior algo vibra... yo


  • preparar una jarra de cleriqot, quitarme los zapatos, caminar en el pasto y disfrutar de mi propia compañía


  • dejar de escribir tonterías...