lunes, marzo 09, 2009

FRACTURADO

Lleva largo tiempo repasando mentalmente la escena de aquel encuentro furtivo, segmento por segmento: cada palabra, cada sonido, cada roce… la luz del sol cayéndoles sobre el rostro, haciendo innegable la realidad del suceso. Y ese guiño encantador e indescriptible que, en realidad, presagiaba el principio del fin.

Golpecitos sobre el vidrio de la ventana le hacen regresar al silencio de su habitación, ha empezado a llover con desgano. Tanta quietud se hace insoportable, serenidad paradójica, que sólo trae consigo ansiedad y una fuerte opresión que le fractura el pecho.

Se bebe el último sorbo de alcohol y coloca el vaso vacío sobre el buró. Enciende el penúltimo cigarro de la cajetilla. Se deja caer suavemente sobre la soledad de su cama.

La profunda bocanada distiende sus pulmones y sus falsas alas, se eleva en un vuelo casi placentero, hacia el interior, donde reside lo innombrable de sus deseos.

Incapaz de articular la voluntad, permanece inmóvil, se convierte en suicida que va narrando su propia muerte, describiendo obsesivamente el entorno, aumentando detalles, alargando el tiempo, la agonía.

Tiene la sensación que todo ha sido un sueño muy vívido, o, posiblemente, tan sólo se trate sólo de un recuerdo muy viejo.

Una brasa le quema el dorso de la mano y el dolor se transforma en ira. Sus ojos se clavan en los ojos del espejo que le miran con saña y responde con una sonrisa torcida.

¡Ahora quiere ser como el asesino que planea meticulosamente y cuadro por cuadro la manera más efectiva de acabarlo todo!

Repentinamente, sabe que hacer.

Texto y foto - Marie Pain 2009

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te encuentro catartica, en plena definición del sentimiento. En esa lucha por sacarlo que duele... Ánimo tu puedes!!!

Te quiero besos...

. dijo...

exquisito...

narras un día en que estoy como hoy,en silencio y ansiedad, con ganas de acuchillar.