jueves, julio 12, 2007

YO TENIA MEMORIA DE ELEFANTE

Antes me dedicaba a coleccionar todo tipo de datos, imágenes, recuerdos y montones de cosas en mi cabeza… y también en alguna parte de mi sistema sensible.


Por cierto, ¿alguien sabe donde se generan los sentimientos? Científicos han tratado de explicar que en el cerebro, el hipotalamo, por conexiones nerviosas, “chispazos” de electricidad y reacciones neuroquímicas . Los poetas y el público en general dicen que en el corazón, en el alma. Mi idea es que cada vez que tengo una emoción fuerte yo lo “siento” en las tripas.

En fin, volviendo a lo de la memoria, yo era capaz de recordar con bastante detalle muchas experiencias y cosas aprendidas a lo largo de mi vida; pero resulta que de unos años para acá, mis recuerdos se han diluido mucho.

Para alguien como yo que durante años no pude saltar algunas etapas; el olvido parecería algo muy sano, casi un alivio.

Las malas experiencias pueden irse mucho a … pues ¡al carajo! Total que más da ¡caput! ¡arrivedercci! ¡bye bye baby!

Sin embargo, me da una inmensa tristeza no poder revivir los buenos recuerdos con sus correspondientes apasionadas emociones.

Hoy alguien me recordó una tarde de manos entrelazadas… y ¿saben? Lo único que saltó en mi memoria fue una imagen difusa. ¡Ouch! Antes podía abrir un álbum (también el de mi cabeza, como dijeran los Aterciopelados) y transportarme con mucha claridad al momento.

Ahora, cuando abro el baúl de los recuerdos, que dicho sea de paso también puede ser una caja de Pandora, la mayoría de las veces sólo “tengo un vago sentimentalismo, dulce y triste pero viejo…” Ya no puedo recordar con nitidez ni revivir con intensidad el pre – durante – post de esas imágenes. En otras palabras, nostalgia de saber que mucho de lo que guardé era importante para mi.

¡Uff! Creo que finalmente fui hallada por la fórmula para vivir intensamente el HOY.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que nos estamos haciendo viejos


Plankton